MI PEQUEÑA EXPERIENCIA

MI PEQUEÑA EXPERIENCIA

Espero que todos sepáis lo que es un intercambio. Si no es así, tranquilos que en este texto os lo explicaré todo y, además, os daré mi opinión personal sobre esta interesante experiencia.

Un intercambio, como bien dice la palabra, es una acción en la cual se da algo a cambio de recibir otra cosa. Pero yo no me refiero a un intercambio de objetos o de comida, yo me refiero a un intercambio de personas. Lo sé, puede parecer raro. ¿Cómo una persona se va a intercambiar por otra? Bien, en realidad, no es un intercambio como tal. Simplemente, una persona viaja a un país y se aloja con una familia de acogida durante un tiempo determinado. Esta familia le permite experimentar la vida cotidiana y las costumbres locales de primera mano. Además de aprender más rápido el idioma y conocer a mucha gente nueva. Unos días más tarde, un miembro de la familia de acogida, va al país de esta persona que ha hecho el intercambio, y se aloja en su casa durante el mismo tiempo que estuvo él o ella.
Intercambio

Dicho esto, ahora que ya sabéis lo que es, os voy a explicar mi historia, como estudiante de 4º de la ESO.

A mí me ofrecieron la oportunidad de hacer un intercambio de larga duración. Es decir, tenía la oportunidad de hacerlo en 3 semanas, en vez de en una. Eso significa que muy pocas personas pueden hacerlo y por eso, estoy muy agradecida.
Mi intercambio fue con una familia francesa que vivía en un pueblo cerca de Lyon, llamado “Tour du Pin”. Mi pareja de intercambio se llama Lola y actualmente está alojada en mi piso de Molins de Rei, cerca de Barcelona. Pero yo no puedo opinar sobre su experiencia, así que hablaremos de la mía.

Més inernacional
Yo llegué al mediodía, un sábado 25 de noviembre. El primer día fue muy duro y largo. En Barcelona no era consciente de todo el tiempo que iba a estar fuera de casa hasta que llegué a una casa con gente desconocida para mí. Se me venían a la cabeza mil cosas que podían pasar y todo lo veía en negativo, “Que mi familia no hace esto”, “que mi familia no hace lo otro”, etc. Fueron pasando los días, y me di cuenta de que tenía que vivir la experiencia pasara lo que pasara. Así que, empecé a mostrarme más abierta, simpática y expresiva. Tuve la gran suerte de que caí en una familia muy divertida y unida, por lo que me resultó mucho más fácil. Me acostumbré a la vida que tenían y, de vez en cuando, les pedía si podíamos ir a visitar sitios o hacer otro tipo de experiencias, como patinar sobre hielo. Estaban abiertos a todas las sugerencias así que no puedo estar más agradecida. Tuve días increíbles, los cuales nunca voy a olvidar, pero también tuve mucho miedo. No tenía miedo por la familia, sino por no aprovechar al máximo cada día que me quedaba.

Yo tenía que hacer todo lo que hacía Lola. Así que iba al colegio con ella, comía con ella, y volvía a casa con ella. En el colegio, conocí a todos sus amigos. ¡Me cayeron genial! Todos eran muy divertidos, y todo el rato se interesaban por mí y mi vida. Ahí fue cuando me di cuenta de que conocer a diferentes personas del mundo es muy interesante y también que en muy poco tiempo les puedes coger muchísimo cariño. De todos modos, debo reconocer que no me hubiese divertido tanto si no me hubiese acompañado en esta experiencia mi compañero y amigo Miquel, que también hacía el intercambio. Era como tener un salvavidas en Francia. Le contaba todo lo que me pasaba y me ayudaba en muchos aspectos. Juntos nos divertíamos hablando y jugando con los franceses. Por eso los días que estaba mal, se me pasaban más a menos. Una persona a quien también quiero nombrar en este texto de mi experiencia en Francia, es la hermana pequeña de mi amiga francesa. Es divertida, risueña y alegre. Todos los días le apetecía jugar o mantener conversaciones conmigo. Me hizo mil regalos hechos por ella y se ha preocupado siempre en el cole para que estuviera bien, junto a Lola claro. Yo creo que sin ella todo hubiese sido mucho más diferente. Y así como ellos, muchas personas más. Pero no las puedo nombrar a todas. Finalmente, los últimos días se me pasaron volando. Cosa que es buena señal, porque no quería que se acabara.

Y hasta aquí podría decir que se acaba mi texto explicando mi intercambio. Seguro que se me olvidan mil cosas más, pero estas son las que más recuerdo y por ello las más importantes. Como bien habéis podido comprobar, ha habido momentos buenos y otros no tanto. Pero lo mejor de todo esto, es que me he convertido en una persona mucho más independiente y fuerte mentalmente. También, estando de intercambio, he podido valorar muchísimo más todo lo que tengo en España y eso por desgracia no todos lo tenemos presente cada día. Espero que te haya convencido a animarte para vivir una experiencia tan bonita como la de un intercambio. Estoy 100% segura de que mejorarás y te harás más fuerte. No siempre tienes este tipo de oportunidades, así que aprovéchalas en cuanto te lleguen y vívelas al máximo.
MIREIA 4º ESO
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